La lectura no es solo la capacidad para descifrar los trazos que aparecen en el papel, es algo que va más allá y que está íntimamente ligado a la persona, es la oportunidad de compartir, de comunicar. El gusto por la lectura no se adquiere por obligación, sólo puede ser fuente de alegría cuando ha sido fuente de descubrimientos espontáneos. El acercamiento a la lectura tiene que realizarse apartir del descubrimiento del libro por parte del niño.
Se aprende a escuchar escuchando, a hablar hablando, a leer leyendo y a escribir escribiendo.
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